Después de leer el artículo de una amiga en su blog, sincero y conmovedor, no he podido evitar relacionar-lo con la situación -casual o no- con la que están pasando, en éste momento, algunas amistades cercanas; amigas que están sintiendo la misma tristeza, desesperanza, vacío, agobio, desorientación, .... Con algunas diferencias, comparándola con su situación, pero duelos igualmente. Una de ellas, por la muerte de su pareja. Otra por el duelo de una relación de pareja. Una tercera sufre el duelo de una época llena de esplendor i euforia, que es como realmente quiere planificar su vida.
Parece que últimamente la crisis social, política y económica nos ha afectado a todos -a algunos más que a otros- y, lo más importante, parece que ha afectado también a nuestro estado de ánimo y capacidad emocional. Es simplemente una percepción y relación que hago desde hace algún tiempo a partir de observaciones de mi entorno. Desde mi creencia de evolución holística, creo que nuestra seguridad personal se resiente con la crisis y con el ánimo y miedos actuales -miedo a las situaciones indefinibles que nos imposibilitan e impiden prever o anticipar para encontrar caminos de soluciones que nos ayuden a caminar por las sendas de la vida.
No es imprescindible conocer la diferencia y relaciones entre las emociones y el estado de ánimo –indiferentemente del que sea– pero vale la pena limitarlas para, desde su comprensión, regularlas mejor. Para comprender, si es que pasamos un estado de ánimo desagradable –o malo, como algunos lo llaman– no desesperarnos y tener la fortaleza o el coraje para planificar su solución y mejorarlo.
Las emociones, intensas y de durada corta, suelen ser la respuesta a factores y agitadores externos, aunque también pueden ser la respuesta a un estímulo interno; el recuerdo de una situación pasada nos puede emocionar en el presente.
Los estados de ánimo, en cambio, de intensidad menor y durada más larga, son respuestas a estímulos i agitadores internos, que pueden, o no, ser conscientes y conocer el, a través del pensamiento y la razón, el motivo que los provoca; puedo pasar una época de mal humor y desconocer que puede estar provocada por una rabia mal canalizada. O puedo sentir melancolía continuada por no haber podido afrontar de forma profunda el duelo de una muerte y la tristeza que produjo en su día.
El siguiente gráfico puede ayudar a entender a algunos las similitudes i diferencias entre unas y otros.
Con los años he observado como los consejos gratuitos, impulsivos pero vacíos y poco consistentes que suelen hacer algunas personas con elánimo de ayudar a los seres queridos, no sirven absolutamente para nada. He aprendido que no sirven de mucho los consejos para las personas que pasan por un mal momento; un estado de ánimo desagradable –que no negativo– y, como en el caso de mi amiga, si pasan por un duelo -indiferentemente del tipo de duelo que sea. De manera involuntaria y poco pensada nos atrevemos a aconsejar: Haz esto, deberías ir, deja de pensar tanto, no le des importancia, anímate… pero ¿Cómo se anima uno? ¿Cómo deja de pensar? ¿De dónde saca la energía para ir aquí o a allá?
Creo que escuchar es una muy buena estrategia que puede ayudar a aquellos que pasan un momento de duelo, conflictivo o difícil. Sé -rompiendo hábitos y rutinas aprendidas de construcción social- que es la propia persona quien debe afrontar y solucionar sus problemas –a excepción de los casos de depresión diagnosticada donde el propio trastorno imposibilita la capacidad de decisión y actuación en momentos concretos de la enfermedad.
Todos buscamos la felicidad pero el juego de la vida comporta la amalgama de situaciones agradables y otras de no tan agradables.No es ni bueno ni malo. Simplemente, es. La vida está llena de problemas -ahora y siempre- y lo más importante es aprender y saber cómo actuar para afrontar-los; la actitud que tomamos delante de los problemas. Todos pasamos duelos y con ellos aprendemos y "crecemos" como personas. Las experiencias, y aquello que aprendemos con ellas, nos fortalecen y ayudan a actuar en situaciones futuras; no de manera automática y exacta, por aquello de tropezar con la misma piedra, unas o algunas veces. Nos equivocamos y nos podemos volver a equivocar, una o más veces, desde la imperfección que nos caracteriza, pero lo más importante es tener la energía para volver a levantarnos, buscar lo que necesitamos para seguir adelante y actuar para buscar nuestro bienestar personal.
Nadie dijo que la vida sea fácil; puede ser dolorosa, estresante, triste,... pero también es divertida, viva, placentera y emocionante. Deberíamos recordarlo con más frecuencia que los problemas y las situaciones desagradables no duran siempre y, sobretodo, conocer cuáles son aquellas estrategias que nos ayudan a tirar hacia adelante. Descubrir que cada situación desagradable es una oportunidad para superarnos a nosotros mismos y sentir, posteriormente, la alegría i satisfacción personal que haber superado una crisis personal. Y, muy importante, recordar que no estamos solos, aunque debemos resolver los problemas nosotros mismos.
Joe Dispenza dice que es posible generar estados de bienestar y felicidad:Es muy simple. Lo que nos hace tan creativos como seres humanos es que podemos literalmente cambiar de opinión en cuestión de segundos y pasar de la felicidad a la tristeza, y cuando sentimos felicidad o amor, ese sentimiento se refleja de hecho en el cuerpo. Condicionamos el cuerpo a los estados de felicidad, sin embargo la mayoría de las personas condiciona el cuerpo al dolor y al sufrimiento y así es como el proceso de crear estados de felicidad requiere primero un reacondicionamiento del cuerpo a una nueva marca.
Las instrucciones que le damos a nuestro pensamiento es el camino que marcamos para andar por ésta vida. Todo aquello que pensamos, y las instrucciones que nos damos a nosotros mismos, es lo que se acaba conviertiendose en realidad porque somos lo que pensamos.
Si nos paramos a pensar descubriremos que todos tenemos nuestra lista personal de estrategias para animarnos, aunque a veces las fuerzas flaqueen: escuchar música, salir a correr, hablar con los amigos y compartir las preocupaciones, bailar,....
Joe Dispenza dice que es posible generar estados de bienestar y felicidad:Es muy simple. Lo que nos hace tan creativos como seres humanos es que podemos literalmente cambiar de opinión en cuestión de segundos y pasar de la felicidad a la tristeza, y cuando sentimos felicidad o amor, ese sentimiento se refleja de hecho en el cuerpo. Condicionamos el cuerpo a los estados de felicidad, sin embargo la mayoría de las personas condiciona el cuerpo al dolor y al sufrimiento y así es como el proceso de crear estados de felicidad requiere primero un reacondicionamiento del cuerpo a una nueva marca.
Las instrucciones que le damos a nuestro pensamiento es el camino que marcamos para andar por ésta vida. Todo aquello que pensamos, y las instrucciones que nos damos a nosotros mismos, es lo que se acaba conviertiendose en realidad porque somos lo que pensamos.
Si nos paramos a pensar descubriremos que todos tenemos nuestra lista personal de estrategias para animarnos, aunque a veces las fuerzas flaqueen: escuchar música, salir a correr, hablar con los amigos y compartir las preocupaciones, bailar,....
Podríamos empezar nuestro bote de los momentos buenos -un bote de vidrio donde se depositan mensajes escritos de momentos buenos pasados- y leerlos cuando pasamos un mal momento. Un buen ejercicio para recordar que los problemas no duran eternamente y también para hacernos conscientes que tenemos motivos y personas por las que luchar y tirar hacia adelante. Recordemos que sale el sol cada dia, la sonrisa que te ofrece una persona desconocida por la calle, los amigos que te rodean y te quieren, salir a correr y sentir como la vida va entrando en cada respiración de aire puro, la energía que transmite tu hijo cuando te dice un te quiero,...
Mi experiencia me ha enseñado que las situaciones desagradables siempre pasan pero es necesario mirar hacia adelante y confiar, con paciencia, que encontraremos el bienestar personal y sentir que:
LA VIDA ES HERMOSA Y LOS MOMENTOS DESAGRADABLES FORMAN PARTE DE ELLA.
No sirve de nada decir: porqué me ha pasado a mí.
M. Teresa Abellán Pérez
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