Al Marc le gusta leer los diarios, especialmente, la parte deportiva. Hoy ha leído la entrevista que le han hecho al entrenador que él y sus amigos admiran. Ha quedado tan sorprendido del que ha leído que decide traer el diario a la escuela para enseñarlo a sus amigos.
A la hora de recreo lee a sus amigos algunos de los comentarios que no ha entendido:
– Un buen entrenador tiene que tener en cuenta quién es y cómo es cada uno de sus jugadores. Tiene que saber qué hay dentro de la mochila simbólica de cada jugador. Qué han sido las experiencias y vivencias que ha tenido hasta ahora, cuáles son las carencias que tuvo de pequeño, qué conocimiento tiene de si mismo, cuáles son sus raíces, qué han sido las fuerzas que han dirigido su vida, qué cosas lo hacen sentir bien y qué estrategias ha aprendido para solucionar las trabas de la vida. En definitiva, que trae cada jugador a su mochila.
– ¿Qué decís, chicos?, ¿Habéis entendido algo? –preguntó Marc.
– Mira, Marc –responde Mireia–, yo entiendo que el entrenador quiere decir que nosotros traemos una mochila invisible; y es cómo si la llenáramos de todo lo que nos pasa, de lo que vemos, de lo que leemos, de lo que pensamos y sentimos… de todo, vaya.
– Sí, pero, yo elijo las cosas que pongo en la mochila cuando voy de excursión –añade Sergio–; en cambio, tal como lo dices tú, Mireia, la mochila de cada cual se puede llenar de cosas que me gustan y otras que no; aquellas que me me molestan o enfadan y que no se las querría llevar!
– Ahora empiezo a entender qué debe de ser esto de la mochila invisible –añade la Júlia–, y quizás tienes razón, Sergio, cuando dices que se llena de cosas que no nos gustan. Yo no quería aceptar que mi abuelo se murió y finalmente tuve que poner dentro de la mochila el dolor de haberlo perdido.
– También deben de estar dentro de las mochilas nuestros talentos, la creatividad –continuó Marc.
– Mi abuela –añade Estevan–, un día me dijo que los problemas se resuelven mejor cuando eres grande porque, con la experiencia de vivir momentos buenos y malos en la vida, se aprende. Quizás ella tiene guardadas dentro de su mochila estrategias para resolver conflictos. Ya se lo preguntaré!
Todos los amigos se quedaron reflexionando y sacaban sus conclusiones respeto la entrevista; y Marc continuó diciendo:– Ei!, chicos y chicas, las mochilas, mejor traerlas ordenadas para encontrar todo aquello que necesitamos en cada momento, ya sean ideas, recuerdos, problemas u otras cosas.
– Sí –dice Àlex–, y dejáis sólo aquello importante para vosotros y que según mi abuelo son las cosas más simples, como por ejemplo mirar una puesta de sol, hacer una buena comida de forma relajada con la familia o jugar y aprender con los amigos.
M. Teresa Abellán Pérez y Esteve Pujol y Pons
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