Mirad este mapa y veréis que fácil es entender su significado.
Siempre decimos, y está demostrado, que no es bueno reprimir las emociones; ¿recordáis? Las emociones son un permiso y no una prohibición, pero hay que ir en cuenta porque nos podemos confundir. Entre la represión emocional; no manifestar una emoción agradable o desagradable, y la impulsividad de decir o hacer algo sin pensar ni planificar de forma anticipada, hay un buen tramo y un tramo muy importante que hay que incorporar a nuestras vidas. Hablo del autocontrol para conseguir el equilibrio emocional personal facilitador de resultados con éxitos.
Tenemos todo el derecho a sentirnos enfadados en cualquier momento pero no podemos, o no deberíamos, manifestar la emoción del enojo de cualquier manera y de forma impulsiva porque normalmente el estado de alteración de una emoción desagradable, como por ejemplo la rabia, enojo, rencor o tensión, no facilitan el pensar y analizar de forma tranquila las posibles salidas que pueden haber para solucionar un problema. Legitimar las emociones no implica decir o actuar de cualquier manera.
A veces, hace falta aquel tiempo de distancia entre lo que pasa y la actitud que tomamos para solucionar el problema. Es el tiempo y el espacio para aplicar aquellas estrategias que otras veces he apuntado en este blog y que me gusta recordar: ir a correr, poner música, contemplar un paisaje, salir a andar y sentirnos vivos y capaces de afrontar la situación,...
Buscamos el equilibrio emocional en un tiempo vacío. Un tiempo de oro para pensar, planificar y obtener resultados desde el éxito.
El trabajo emocional puede mejorar nuestras vidas. Sabemos que no es fácil pero és necesario para nuestro bienestar personal i colectivo al mismo tiempo.
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